domingo, 18 de mayo de 2014

La niña de las Margaritas

La niña de las margaritas


Hay un cuadro en mí que pintaste con tu voz, lo tengo enmarcado.
Veo la brisa, infanta en ti ame la dicha sin revuelos ni sofisticaciones, creo que olvidamos por momentos quien supo ver la desnudes intima de nuestros pasados, ahora huimos de él.
Una vez me enamoré de tu infancia, tus defectos, lo que no tenías. Me enamoré de tanto y a la vez tan poco, me enamoré de liberarnos juntos y vivir en las montañas.
Desde la poesía nazco y en ella me refugio,  te debo todo lo que soy.
Recordarte a ti cabalgando en la espesura de tu bosque, en el lomo del Carpe, niña me diste un lienzo lleno de sonrisas.
Hoy sonrío porque he de sonreír y porque temerario soy.
No sé que duele más, saber que no estás o saber que no quieres estar. Pero al menos aparco de ti el recuerdo de una niña llena de mariposas en el centro de un bosque de margaritas.

Manuel G. Dela Rosa