A las Chicharras
Solo a ti acudo musa.
Todo un mundo perdido detrás de los
libros, todos lo recónditos tesoros de las hojas, de un grabado, de un editor, mis
penas son los sonidos sórdidos e interminables como sinfónicas armonías de
chicharras, como los golpes inauditos de la nada, esférica y cíclica, ¿es ese
entonces mi terminal labor? nada más que
palabras rebuscadas, aromáticas y suculentas frases de amor, si, así lo creo.
Aquí desnudo a ti acudo musa, a ver si
termino, sobre tus lentes que caen sobre mi piel, esa voz tan ocre y silenciosa
que me lleva a las maquinas a escribir, pero los libros se han escrito, todo un
mundo perdido detrás de pantallas demagógicas de humo y de olores anejos y
necrófilos del pasado, solo entonces al recuerdo me remito, quisiera ver si en
ti sueño, quisiera verte otra vez, tu, cíclico e interinar vicio, solo entonces
escribo a ver si soy quien digo ser, si digo todo, si digo nada.
Parpadeo lento, aun hoy no te he
escuchado, ya se que fue gracias a mi petición, por pasar un momento a solas,
debajo de los techos, debajo de los idílicos recuerdos de ayer.
Te vi perfecta, forma y silueta limpia,
tan suave y tersa, dócil y a la vez tan salvaje, eso me motiva, eso me alienta,
eso me alimenta.
Solo a ti acudo musa, porque me inspiras,
porque me haces descifrar este mi mundo tan eterno y simple, este que parece no
acabar, este que me hace no volar, solo en ti me libero, solo en ti me acomodo,
porque tu musa entera, tu y solo tú conoces mis temores, mis vicios, mis
dolencias, mis recuerdos y donde en realidad están mis tesoros.
Manuel De la Rosa
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