Misa Réquiem
A corona de
flores, a purpureas cobijas, al manto que cobijó su cuerpo en las noches de
lejanos pesares.
El hedor
delicioso y permanente a muerte acecha, lo noto en el sonido de mi felino
amigo, lo pervivo en el ambiente, imagino su espectral sonrisa mirándome
fijamente.
Ya no deseo
dormir, ni tampoco despertar, el recuerdo quedará presente, solo hasta el día
en que no sienta ni vea su silueta envuelta entre las cobijas de aquella cama,
la cama que no acostare por respeto a sus pasos, a sus azulados ojos, a su
mueca sonrisa y a su mano estrechada frente a mis ojos para que percibiese su
presencia...
Respira onda
vieja que tu lugar aun habita,
Pero únicamente
por quien tú lo permitas, espero no verte en mis sueños para no pensar que rechazaste
ver el rostro de Dios
Manuel De la Rosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario