Un poco de contradicción.
En mis noches soleadas, las estepas llueven en sus
silencios.
Un camino vertical y
eterno circula en mis memorias como los acantilados de mis panditas llanuras,
es como la coraza algodonada y cristalina se derrumba entre los lechos de los ríos
inmóviles de este el lugar bidimensional.
En mis días estrellados que aniquilan mis armas, despierto
en mis pesadillas llenando el mar con la tinta de mis ríos pardos y la lejanía de
mis ojos que ente los márgenes pierden su ócula dejando las estepas del oriente
huérfanas y sin soles.
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